Técnicas de láminas óseas
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Típicamente, se utiliza una microsierra para obtener un bloque de hueso que a continuación es dividido en 2-3 láminas de hueso finas. El grosor de estas láminas de hueso puede ser reducido adicionalmente con un raspador o una fresa para hueso. El proceso de toma del injerto, aunque garantiza unos resultados excelentes, presenta una serie de problemas, al consumir mucho tiempo, producir potencialmente más molestias al paciente que la propia técnica de aumento y ser una posible fuente de complicaciones.
Como alternativa a la toma de hueso autólogo, maxgraft® cortico es una opción excelente: su origen natural (el hueso humano) asegura una osteoconductividad elevada, una remodelación controlada y propiedades biomecánicas, lo que convierte maxgraft® cortico en el material de elección para el aumento óseo; maxgraft® cortico es un producto estéril (es decir, sin propiedades antigénicas) con una estabilidad elevada y una durabilidad de 5 años a temperatura ambiente.
Tras fijar la lámina de hueso, se puede rellenar el espacio entre el hueso local y la lámina cortical con diferentes materiales de injerto óseo particulado. Para facilitar la osteosíntesis, se pueden usar partículas alogénicas (por ejemplo, maxgraft® granules) para rellenar el defecto. El colágeno humano conservado ofrece una osteoconductividad excelente y permite una remodelación completa. Su mezcla con partículas de hueso autólogo o matrices de PRF con injerto particulado también puede contribuir a la osificación. Al final del procedimiento, la zona de aumento es cubierta con una membrana (por ejemplo, Jason® membrane); por último, se realiza una sutura en ausencia de tensión y a prueba de la saliva.
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